¿Cuándo un orinal deja de ser un orinal? Cuando Marcel Duchamp (1887-1968) decide declararlo arte. El alboroto que provocó la obra del artista francés La fuente (1917), un orinal de porcelana expuesto en una galería, sentó unos precedentes en los círculos artísticos que aún siguen vigentes.

Duchamp dedicó su vida artística a desafiar el concepto del arte y, en el proceso, abrió nuestras mentes a posibilidades inimaginables hasta entonces. Tras una incursión tangencial en el cubismo en los inicios de su carrera, el artista se hizo famoso con Desnudo bajando una escalera (1912), una revolucionaria combinación de abstracción, cubismo y futurismo con un desnudo, presente en el título y polémico por su carácter mecánico. De esa misma época, datan las primeras incursiones de Duchamp en los ahora emblemáticos ready-mades, objetos que parecían encontrados por casualidad y presentados como arte por el creador. Entre ellos se incluye Rueda de bicicleta (1913), Portabotellas (1914) y una pala de nieve titulada Anticipo de un brazo roto (1915).

Sin embargo, Duchamp no se conformó con eso y despertó asombro entre los espectadores amantes de la tradición con obras como L.H.O.O.Q. (1919), en la que presentaba una copia barata de la Mona Lisa de Da Vinci con una barba y un bigote pintarrajeados y cuyo título, por si fuera poco, incluía un juego de palabras que en francés sonaba como si se dijera "Elle a chaud au cul" (literalmente "Ella tiene el culo caliente", y que puede traducirse como "Ella está excitada sexualmente").

Este libro destila toda la osadía y el escándalo que acompañaban al arte de Marcel Duchamp en una recopilación de sus obras esenciales y presenta no sólo a un creador pionero sino también un periodo crucial en el arte occidental. Es aquí donde, entre los ataques a los viejos maestros y la poesía fracturada de los objetos encontrados, el mundo artístico evolucionó por primera vez desde las experiencias "retinianas" a una práctica más conceptual.