Los primeros astrónomos, atraídos por el resplandor candente de Marte en el cielo nocturno, bautizaron el planeta en honor a su dios de la guerra. En los siglos transcurridos desde entonces, Marte ha cautivado a la humanidad, y su posible habitabilidad se ha convertido en motivo de especulación interminable. Seis décadas de misiones de investigación de la NASA han sacado a la luz gradualmente los misterios del planeta rojo y han revelado un mundo no tan diferente al nuestro que probablemente alguna vez sustentó vida.

Vea las primeras imágenes cercanas de Marte tomadas por la sonda espacial Mariner 4 en 1965 (las primeras de otro planeta) junto con ilustraciones históricas de una época donde la curiosidad superaba al progreso científico. La ciencia y el arte se fusionan a medida que las misiones orbitales posteriores de la NASA captan vistas aéreas de antiguos lechos de ríos, casquetes polares, tormentas de polvo, vastos cañones y volcanes imponentes en un paisaje infinitamente variado. Durante los últimos 25 años, los róveres de la NASA han recorrido la accidentada superficie de Marte y funcionado como extensiones mecánicas de la humanidad perforando agujeros, buscando rastros de agua y maravillándonos con imágenes de cadenas montañosas y puestas de sol panorámicas.

A través de cientos de fotografías exclusivas de los extensos archivos de la NASA, nos unimos a sus científicos en el esfuerzo continuo de comprender mejor Marte. Los ensayos del ex científico jefe de la NASA, James L. Green, y del ingeniero jefe del JPL, Rob Manning, brindan una mirada en profundidad a la historia de la exploración de Marte y los desafíos de prepararse para estas misiones. Los comentarios de la astrónoma planetaria Emily Lakdawalla arrojan luz sobre el contenido y el contexto técnico de cada imagen, y un prólogo de la reconocida poeta Nikki Giovanni y una introducción de la conservadora Margaret A. Weitekamp reflexionan sobre la importancia de Marte en nuestro imaginario cultural.

Este volumen celebra el extraordinario progreso que ha logrado la NASA hasta acercarnos más que nunca a la comprensión de nuestro mundo vecino, que ha pasado de ser un enigma distante a una frontera tangible cuyos granos de arena ahora podemos observar.